Se llama Testa y es la interpretación más radical nadie había hecho del Ferrari Testarossa. En Gas Montey Garaje han vuelto a las andadas customizando un cavallino, algo que en el pasado ya les trajo algún que otro problema. Nos referimos, evidentemente, al conocido episodio del F40, cuando modificaron en extremo una unidad con la intención de “mejorarla”. En Maranello no les sentó muy bien la operación y les llamaron al orden.
Ahora, el equipo liderado por Richard Rawlings ha presentado el Testa, que será una de las atracciones del SEMA Show de Las Vegas. La base en una unidad de Ferrari Testarossa de 1989, pero no una cualquiera, sino una de las cinco que aparecieron en la película Infinite de 2021 protagonizada por Mark Wahlberg. Cinta que, por cierto, fue vapuleada por crítica y público y recibió tres nominaciones para los Premios Golden Raspberry, los anti-Óscar.
Gas Monkey Garaje anunció que harían una versión especial del Testarossa para el SEMA, por lo que se tuvieron que ponerse manos a la obra rápidamente, ya que los plazos eran muy justos. Por el camino, Richard Rawlings ha ido calentando el ambiente contando cómo evolucionaba los trabajos que iban efectuando. Finalmente, hace unos días, se presentó oficialmente el resultado del llamado Testa, juego de palabras entre Testarossa y Tesla, pues hablamos de un coche eléctrico.
Lo primero que llama la atención es la carrocería totalmente modificada, que ha perdido el techo, incorporando un arco de seguridad que aporta rigidez. El exterior se ilumina en varios puntos, incluidas la parrilla delantera, la entrada de aire lateral o la parrilla posterior. En conjunto y sumando los faros escamoteables ligeramente abiertos le confieren un aspecto futurista. Además, ha desaparecido el parabrisas y las nuevas llantas Vossen crecen hasta las 19 y 20 pulgadas respectivamente.
Aunque usa parte de los logos de Ferrari, estos se han tuneado al gusto. Delante pone Testa en vez del nombre de la marca y en el de la Scuderia de los laterales aparecen las letras G y M -por Gas Monkey- en lugar de las tradicionales S y F. El nombre del modelo respeta la ubicación y tipografías tradicionales, pero ha sido recortado a Testa, lógicamente. Es posible que haya lío con Ferrari, pero puede que sea precisamente lo que se busque para lograr más repercusión.
Para el habitáculo, se ha optado por una configuración triplaza, con el conductor en el centro, al más puro estilo McLaren F1. Hay mucho trabajo detrás, pues tanto el volante como el pedalier se ha tenido que desplazar al centro. Los tiradores interiores de las puertas se han modificado para ganar espacio para los pasajeros. Además, la instrumentación convencional ha dado paso a una pantalla, modernizando por completo su aspecto.
El Testarossa de Gas Monkey no ha dejado nada al azar y la mejor prueba de ello es que ha sido realizado en cooperación marcas como Bilstein, Brembo, Legacy EV, XK Glow o Continental. El motor eléctrico es un Cascadia IDM-190 que promete 300 CV de potencia y 500 Nm de par. Hay que recordar que el Testarossa rendía 390 CV, así que por aquí perdemos. Ocupa el lugar del propulsor V12 original, de manera que se conserva la distribución de pesos original del coche.
Cuenta con 36 baterías Kore Power, la mayoría de las cuales se han ubicado donde iba el tanque de gasolina. Por último, se ha reforzado el equipo suspensiones con unos amortiguadores Bilstein AS2-R totalmente ajustable, mientras Brembo se ha encargado de suministrar un equipo de frenos de competición. Desde luego, guste o no, nada se ha dejado a la ligera.
Quizá, y puestos a tunear un Ferrari, mejor optar por una base más popular como el Testarossa, en el sentido de que se fabricaron más unidades, que modificar un superdeportivo como el F40. Veremos lo que tarda Ferrari en ponerse en contacto con ellos para pedir explicaciones...
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